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Invención del Primer Detector de Metales
Los detectores de metales tienen un origen ligado a un evento trágico en la historia. Durante el intento de asesinato del presidente estadounidense James Garfield en 1881 en Washington, se utilizó un detector rudimentario de metales inventado por Alexander Graham Bell para tratar de localizar la bala en el cuerpo del presidente. Sin embargo, debido a las interferencias del metal de la cama donde estaba el presidente, no se pudo localizar la bala a tiempo para salvarle la vida. A pesar de este intento, Garfield murió poco después debido a la infección provocada por la bala. Este evento marcó un punto de partida en el desarrollo de los detectores de metales.
Detector de Alexander Graham Bell
El detector de metales de Alexander Graham Bell fue uno de los primeros modelos rudimentarios y sirvió como inspiración para otros fabricantes. La primera patente otorgada a un fabricante de detectores de metales fue para Gerhard Fisher en 1925. A partir de entonces, los detectores se comercializaron gradualmente y evolucionaron con el tiempo. Fabricantes como Garrett o White’s también contribuyeron al desarrollo de detectores en los años 50.
Hoy en día, los detectores de metales tienen una amplia gama de aplicaciones en la industria, la seguridad y trabajos militares (como la búsqueda de minas terrestres), así como en actividades de ocio como la búsqueda de antigüedades metálicas como hobby.
Hoy en día, los detectores de metales han evolucionado enormemente desde sus predecesores rudimentarios. Ahora, hay una amplia gama de detectores terrestres y acuáticos disponibles en el mercado. Se dividen principalmente en dos tipos: los detectores de pulsos, que son eficaces en suelos mineralizados pero pueden tener dificultades para discriminar la basura metálica enterrada, y los detectores de VLF, que son mejores para discriminar la basura pero pueden no funcionar tan bien en suelos mineralizados.
Los detectores de VLF son los más populares hoy en día, ya que ofrecen pantallas digitales que proporcionan mucha información, convirtiéndolos en la elección preferida de muchos aficionados a la detección en campo.